junio 2012 - LA VOZ EN OFF

jueves, 28 de junio de 2012

DoodleBug - Cortometraje de Christopher Nolan

Pequeño cortometraje realizado por el director Christopher Nolan al que hemos empezado a dedicar un especial en La voz en off. 

El corto, en sus poco más de 2 minutos ya muestra las constantes más visibles del cine de este realizador inglés, como es el protagonismo de personajes afectados por una obsesión autodestructiva. 
La música que puede oirse está compuesta por su habitual colaborador David Julian, quien emplea un tema semejante al de su posterior película Memento
Así mismo, también pueden apreciarse los movimientos de cámara que darían a la nueva saga de Batman ese tono épico que tanto se admira de la misma.



Memento





En el año 2000, Christopher Nolan escribió y dirigió esta película basada en un relato corto escrito por su hermano Jonathan Nolan. La película supuso la carta de presentación de este realizador inglés quien llegaría a hacerse con una nominación al Óscar al mejor guión adaptado.

Leonard Shelby era un investigador de seguros hasta que su esposa fue asesinada. Aunque el caso fue cerrado, Leonard considera que el culpable todavía sigue libre y empezará a recopilar toda la información que pueda para dar con él y matarlo. Esta tarea se complica aún más por el hecho de que Leonard padece una rara enfermedad mental que le afecta a la memoria reciente y que le impide generar recuerdos nuevos más allá de 15 minutos desde el día del accidente.

Indiscutible obra maestra del género. Memento no solo supuso la llegada a Hollywood del que ahora es uno de los directores más cotizados de la industria, sino también la obra cumbre de un autor que no dejó de derrochar talento en todas sus obras posteriores.

La película comienza con una sorprendente escena que nos adelanta cuál va a ser el tiempo narrativo y el tono de la película. Una escena visualizada completamente hacia atrás en el tiempo, con una instantánea tomada por una cámara Polaroid que poco a poco va desapareciendo. Como un recuerdo que se pierde en el tiempo.

A través de un montaje que alterna la narración lineal con una historia contada a la inversa, Nolan rompe con los cánones narrativos para meternos en la piel del protagonista. El efecto, que en otros films se antoja caprichoso y pretencioso, se justifica plenamente por la condición psicológica de su protagonista y funciona a la perfección como laberinto cinematográfico.

Memento es un puzzle, un reto al espectador más observador. Una película que invita a formar parte de ese maquiavélico juego sin trampas, respetando la inteligencia de quien contempla la pantalla, sin secretos y sin trucos. Desde un principio muestra todas sus cartas y aun así contemplamos los sucesos con asombro y admiración.


La película es además un excelente thriller que embauca con una historia apasionante de búsqueda de la verdad y de la venganza. Las interpretaciones del reparto entero son excelentes. Destaca por su papel principal Guy Pearce como el desmemoriado Leonard.

Memento es un grandioso dibujo de la obsesión y de la desconfianza, tanto en uno mismo como en los demás. Una triste historia sobre los objetivos que dan sentido a nuestras vidas. Christopher Nolan, como ya hiciera en su ópera prima Following, presenta los rasgos comunes de su filmografía: protagonistas afectados por un pasado traumático como puede ser la pérdida de un ser querido, obsesiones autodestructivas, continuos saltos temporales, etc. La imagen recurrente y casi alucinatoria de la mujer del protagonista ahogándose, empleada como motivación y causa de la obsesión, constituye un efecto que posteriormente sería utilizado en sus películas siguientes: la camisa empapándose de sangre en Insomnio, los murciélagos de Batman Begins, así como las vías del tren o la copa rota en Origen.

La película únicamente presenta las taras propias de un film de bajo presupuesto, como una belleza visual limitada, perfectamente compensada por la impecable dirección de Nolan, o una banda sonora bastante sencilla pero efectiva.

Estamos pues ante una película de obligado visionado. Memento es puro cine. Un film que absorbe y no deja indiferente a nadie.



Sácame del paraíso





Judd Apatow, experto en comedias de humor grueso protagonizadas por adultos infantiles e irresponsables forzados a afrontar la madurez, produjo esta película dirigida por David Wain (Mal ejemplo). Sácame del paraíso (Wanderlust) volvió a reunir a los actores Paul Rudd y Jennifer Aniston quienes ya compartieron escena en la serie de televisión Friends.

Cuando George y su novia Linda se encuentran sin dinero y sin alojamiento deciden mudarse con su insoportable hermano. Tras unos días de insufrible convivencia decidirán irse a vivir con una comunidad hippie para huir del estrés de la vida neoyorkina. 

Sácame del paraíso es una típica comedia de "pez fuera del agua". Tras un inicio bastante esperanzador en el que se muestra con garra y chispa la difícil situación actual económica y profesional para una pareja joven (no tan joven en la pantalla), la película comienza a hundirse cuando el campamento hippie entra en escena. Los personajes mostrados a lo largo del film representan estereotipos muy extremos (nudistas, vegetarianos, pacifistas...), lo que da lugar a chistes muy forzados y con escasa gracia.
  
La participación de Ken Marino es insoportable. Por su parte, la pareja protagonista desprende cierta química y Justin Theroux tiene bastante gracia como seudo-hippie y jefe espiritual de la comuna. No obstante, la película no está exenta de escenas ridículas que provocan más vergüenza ajena que comicidad.

Sácame del paraíso critica la sociedad moderna, basada en el consumismo, el materialismo y la búsqueda compulsiva de trabajo por encima de nuestras necesidades más vitales y humanas. El problema es que termina por ridiculizar esa alternativa que en principio plantea a la vida urbana. Y que gran parte de esas filosofías sobre el amor libre y el "todo es de todos" suele usarse como justificación al comportamiento más puramente egoísta y para satisfacer las necesidades de uno mismo sin tener en cuenta las consecuencias.

La película reúne talentos para la comedia, pero no pasa más allá de cuatro aciertos cómicos. El resto es pura rutina, una cinta que no transgrede todo lo que podría dada la premisa inicial. Sosa y carente de mala leche.




sábado, 23 de junio de 2012

Los vengadores




Nick Furia (Samuel L. Jackson) recupera un proyecto abandonado conocido como "La iniciativa Vengadores" cuando la paz de la Tierra se encuentra amenazada por Loki, hermano de Thor. Dicho proyecto implica formar un equipo con los seres más poderosos del mundo, quienes tendrán que superar su ego para unirse contra un enemigo común.

viernes, 22 de junio de 2012

Confesiones (I)

Cuando el año pasado se habló sobre el Festival de Cannes, recuerdo sobre todo la polémica que levantó la espectacular El árbol de la vida y las declaraciones de Lars Von Trier cuando estrenó Melancolía. También la sorpresa que resultó Drive. Pero no recuerdo haber leído gran cosa sobre la película The artist y su paso por el festival.

Posteriormente tuve la oportunidad de ver The artist en Sevilla cuando el pasado mes de noviembre se organizó en la ciudad el SEFF (Seville European Film Festival). Desafortunadamente se agotaron las entradas para la película mucho antes de que el festival comenzase y no pude verla. Después llegó su estreno y su interminable recolecta de premios, alzándose finalmente con las estatuillas más importantes del año 2012.

Recientemente he podido ver la película, tranquilamente en mi casa, sin prisas y pasado el fenómeno que supuso. The artist me gustó, pero me hizo plantearme una serie de preguntas relacionadas con el efecto que produce sobre nosotros la fama y expectación que precede a las películas.

Quienes acostumbramos a informarnos sobre el mundo del cine, los próximos estrenos, opiniones, las trayectorias cinematográficas de nuestros cineastas favoritos... estamos expuestos a mucha información previa al visionado de casi cualquier película. Esto en ocasiones nos perjudica, como por ejemplo cuando las críticas son excelentes y luego la película no está a la altura de nuestras expectativas(La red social en mi caso).


También podemos vernos afectados por los comentarios previos (a veces casi unánimes) de modo que nuestra opinión se distorsione o no se atreva a salir a la luz. Hoy en día (casi) nadie puede decir que El padrino o Taxi Driver son malas películas, salvo para llamar la atención de los puristas más irritables.

Pero también actúa en sentido contrario, cuando las opiniones sobre una película son tan malas que uno, al ver la película con las expectativas tan bajas, termina disfrutándola (Immortals en mi caso).

Por lo tanto, y en aplicación del principio de incertidumbre, nunca podremos saber si un film nos hubiese gustado más o menos de haber conocido o no información previa sobre el mismo. Pero los cinéfilos somos incurables y seguimos indagando por la red en busca de todos los datos posibles, a veces dándonos de bruces con demasiados detalles del argumento (Prometheus).

No obstante, este hábito de lectura nos permite también descubrir grandes películas. Por mi parte, nunca habría visto algunas de mis películas favoritas como La habitación del hijo si no hubiese devorado como hacía antaño, las revistas de Fotogramas.

Es evidente que el cine, como arte, es subjetivo y depende en gran parte de los ojos del que mira. Depende, por tanto, muchas veces de nuestro estado anímico. Lo importante es disfrutarlo, con ideas previas o no. Sentarnos en la butaca (o en el sofá de nuestra casa), esperar a que se apaguen las luces y zambullirnos en un universo nuevo. Pues, mejor o peor película, lo único que nos ha de importar es si nos ha llegado al alma.

Chronicle




Josh Trank, director de la serie The kill point, debutó como realizador de largometrajes en 2012 con esta historia de jóvenes y súper poderes escrita por Max Landis, hijo del director John Landis.

Andrew es un joven con problemas familiares que tiene como único amigo a su primo Matt. Junto con Steve   realizarán un descubrimiento en el bosque que cambiará sus vidas para siempre.

Chronicle es una película que combina el género del falso documental, tan explotado últimamente, con el cine de superhéroes. El planteamiento es original y las consecuencias y motivaciones de sus personajes son lógicas (lo que da lugar también a cierta previsibilidad). Su protagonista, Andrew, está bien escrito y la correcta interpretación por parte Dane DeHaan hace creíble la evolución del mismo, salvo algún momento sobreactuado. El resto del reparto no pasa de la mera corrección.

El principal problema de Chronicle reside en su estilo de "metraje encontrado". El director pretende otorgar a la película un tono grave y sombrío que el género de falso documental no permite. Y es que mayor realismo no implica necesariamente mayor fuerza dramática. Si la historia se hubiese contado de una forma más convencional podría haber dado a una película notable. Incluso las excusas que se buscan para conseguir ese efecto de grabación improvisada son, en ocasiones, un tanto irrisorias.

La película carece casi por completo de música, aunque suena alguna canción de Bowie. Además, los efectos especiales son bastante pobres, lo que obstaculiza el clímax final. 

Por otra parte, algunos momentos sí están logrados. El primer vuelo de los adolescentes es puro goce, y hacer volar la cámara para grabar las experiencias de los mismos resulta ciertamente ingenioso. No obstante en conjunto, Chronicle es un experimento del cine de superhéroes valiente, pero fallido.



miércoles, 20 de junio de 2012

Un método peligroso





El psiquiatra Carl Jung (Michael Fassbender), casado con la adinerada Emma, ha empezado a tratar en el hospital Burghözli a una nueva paciente, Sabine Spielrin (Keira Knightley). Mientras tanto, comenzará una relación de amistad cada vez mayor con el austriaco psicoanalista Sigmund Freud (Viggo Mortensen).

Un método peligroso es un drama psicológico salpicado por un gran número de escenas sadomasoquistas. Está basada en una obra teatral escrita por Christopher Hampton, guionista a su vez del film. Para la realización de la película, el director David Cronenberg volvería a contar con su actor fetiche, Viggo Mortenesen. 

La película se inicia directamente con el ingreso de la paciente Sabine Spielrin, muy bien interpretada por Keira Knightley, comenzando así la relación con el personaje interpretado por Fassbender. Este último resulta espléndido en su caracterización de Carl Jung, con una interpretación medida y contenida.

La ambientación de la época de principios del siglo XX está muy lograda gracias a una bella fotografía y una correcta banda sonora de Howard Shore. El problema de la película reside en su falta de atrevimiento. El argumento debería haber dado lugar a una mayor profundización en el psicoanálisis y en la relación profesional entre ambos psicoanalistas. En su lugar, la película se decanta por dar mayor protagonismo a la relación que nace entre Jung y su paciente. Esa falta de indagación en los aspectos más llamativos del argumento hacen que la película termine aburriendo por la falta de interés en las relaciones sexuales de su protagonista.

Después de los excelentes resultados que ofrecieron el tándem Cronenberg-Mortensen en sus anteriores colaboraciones (véase las estupendas 'Una historia de violencia' y 'Promesas del Este') esta última se antoja un tanto fallida.

Un método peligroso ofrece finalmente una película sobre relaciones psicológico-sexuales que de "método" tiene más bien poco, y menos aún de "peligroso". Lo más notable del film son las escenas protagonizadas por el francés Vincent Cassel, que otorga cierta frescura y descaro a la convencional película.



lunes, 18 de junio de 2012

Crazy, Stupid Love





Cal (Steve Carell) es un hombre asentado, casado, de cuarenta años que ve cómo se desmorona su vida cuando su mujer (Julianne Moore), el amor de su vida le confiesa que tiene una aventura. En un bar conocerá a Jacob (Ryan Gosling) quien le dará unas lecciones sobre cómo comportarse para tener éxito con las mujeres.

Crazy, Stupid Love es una comedia romántica con un largo plantel de actores famosos. De argumento manido por tantas otras comedias, la película comienza directa, sin titubeos, presentándonos a la pareja en crisis. Sus primeros minutos prometen una gran comedia dramática. Lamentablemente la película presenta una serie de defectos que lastran la que podría haber sido la comedia romántica de la década.



La situación inicial del film no podía ser mejor. Los actores son todos brillantes y como tales interpretan sus papeles con profesionalidad y en ocasiones, con chispa. Nadie está exagerado. Steve Carell es un gran actor que tanto puede bordar una comedia como un drama. Por su parte, Ryan Gosling nos enseña una vena cómica que hasta ahora desconocíamos.

El argumento se desarrolla con naturalidad y los personajes principales se desenvuelven en el mismo con solvencia. Pero al final, el peso que la película otorga a sus historias y personajes no resulta el más idóneo. Actrices con talento como Emma Stone o las espléndidas Julianne Moore y Marisa Tomei resultan, cuanto menos, desaprovechadas. Se incide así en otras historias de forzado desarrollo que finalmente terminan por no interesar demasiado (o incluso en ocasiones provocar el sonrojo), como es el caso de la historia de la chica enamorada de Carell o del hijo del mismo, de vergonzosa resolución.

La película concede un tono más dramático que cómico a la historia. Esto no tendría que rebajar necesariamente el interés por la misma, sino todo lo contrario, mejorar la historia y profundizar en sus personajes. Lo que ocurre es que con ello el ritmo decae, y mucho. Se podría recortar perfectamente media hora del metraje, lo que da lugar a que el espectador en más de una ocasión consulte la hora.

Como comedia falla al no provocar ingeniosas e hilarantes situaciones, más allá de una o dos escenas gracias al talento de su actor protagonista. Como drama mejora en su tercer acto, con un buen e inesperado giro de guión, pero que al final hace aguas con un final demasiado edulcorado.

Crazy, Stupid Love es un película que ciertamente se sitúa muy por encima de muchas películas del género. Pero disponía de tantos puntos a su favor que, visto el resultado, resulta inevitable sentir una cierta sensación de decepción. Puede que en un segundo visionado y sin las expectativas tan altas, mejore.

sábado, 16 de junio de 2012

Melancolía




En el año 2011, el director danés Lars Von Trier presentó en el festival de Cannes este drama psicológico sobre el fin del mundo. Curiosamente, ese mismo año acabaría llevándose la Palma de oro El árbol de la vida, otro drama metafísico pero de mayor luz, más optimista. El autoproclamado "mejor director del mundo" confesó no estar muy contento con el resultado final de la película, considerándola demasiado convencional en comparación con el cine al que nos tiene acostumbrados.

Justine y Claire son dos hermanas. La primera de ellas acaba de casarse y celebra el banquete en la gran casa de su hermana Claire y de su cuñado. Una celebración un tanto desastrosa debido a la depresión que padece Justine. Por su parte Claire, quien apoya siempre incondicionalmente a su hermana, vivirá el temor de enfrentarse a un posible fin del mundo por el acercamiento de un planeta llamado "Melancolía".

El director nos muestra, en capítulos separados, dos formas de depresión. La primera de ellas presente sin motivo alguno, no al menos explícito. Una tristeza inmensa e inexplicable que inunda el día que se supone que ha de ser el más feliz para la pareja. La segunda es más evidente, la depresión ante la inminencia de la muerte, del fin del mundo. La triste sensación de estar solos en este universo y del vacío de nuestras vidas.

La película comienza con un maravilloso prólogo. Una desgarradora visión del fin del mundo a cámara súper lenta. Visiones surreales, cuadros con vida y planetas danzando se mueven en una sucesión de preciosas y desoladoras imágenes mientras escuchamos la perfecta composición de Wagner. Música de la que tal vez se llega a abusar durante el film pero que expresa mejor que ninguna imagen esa sensación de desesperación.

Tras el extenso y maravilloso prólogo, el director nos introduce directamente en la celebración tras la boda, con su estilo más habitual de cámara en mano, excesivamente inquieta. La escena de la limusina resulta un tanto tediosa, pero una vez llegan al banquete el ritmo mejora. Nos presenta de forma natural una serie de acontecimientos, enfrentamientos incluidos, resumiendo cuál será la vida en pareja de los recién casados. Durante este tramo, el realizador se permite incluso dar ligeras pinceladas de humor negro. Durante el mismo vemos un gran número de rostros conocidos y grandes actores (John Hurt, Stellan Skarsgard, Kiefer Sutherland) que amenizan esta más que extraña velada.

Destaca el aspecto visual del film, con una bella y en ocasiones sórdida fotografía. Aunque prefiero las líricas composiciones del director al excesivo realismo. Preciosísima esa imagen de los caballos, adentrándose al galope en la niebla, perdiéndose de vista.


Kirsten Dunst, protagonista de este primer capítulo, está soberbia. Nos transmite con fuerza esa tristeza inexplicable, con miradas perdidas y gestos de insatisfacción. La actriz logra la mejor interpretación de su carrera, dejando muy atrás aquella niña que conocimos en Jumanji o incluso en la no tan lejana trilogía de Spiderman.

El segundo capítulo, más centrado en el aspecto de ciencia-ficción, nos cuenta un relato íntimo y sincero de inminente apocalipsis. Una visión cercana y realista de una hipótesis nefasta. Charlotte Gainsbourg destaca igualmente en su construcción de madre y esposa quien, finalmente, tendrá que buscar la fuerza necesaria para enfrentarse sola a esta situación.

A la película le sobran minutos. Su duración es demasiado excesiva para una narración tan pausada. También le falta más luz, aunque sea un atisbo de optimismo. Todo en ella es oscuro y triste. Su protagonista se pronuncia con su pesimismo como si fuera portadora de la verdad absoluta. Por otra parte, el director parece reírse de nosotros al insinuarnos que solo somos capaces protegernos con cuatro palos del inevitable y devastador final.




Noche de fin de año




Una adolescente peleada con su madre por querer salir la noche de fin de año. Una pareja a punto de dar a luz. Una cocinera y un cantante separados y reencontrados de nuevo...

Estas y otras más son las historias que Garry Marshall, director de la cinta, nos cuenta en la que ya es su segunda película coral de fecha señalada. El director repite la misma fórmula que empleó en 'Historias de San Valentin' para dar lugar a otra lamentable película.

Podemos ver a un desfile interminable de famosos, casi todos de buen ver, protagonizar un larguísimo anuncio sobre la noche de fin de año. Lo más gracioso de todo es que la mayoría de ellos son buenos actores. Algunos con uno (o incluso dos) Óscars bajo el brazo, nos brindan la que podría ser la peor interpretación de sus carreras. Vemos cómo todos saltan, ríen o incluso lloran, pero no nos transmiten ninguna emoción.

La película trata temas como las segundas oportunidades, los nuevos comienzos (ejemplificado con una sala de partos al son de What a wonderful world). Pero las situaciones presumiblemente cómicas no tienen gracia y las historias más dramáticas acaban por no importarle a nadie por lo predecible y patética manera en que se desarrollan. Por otra parte, el director lo mismo emplea un estilo más propio de un spot televisivo que rueda a modo de telefilm, sin alma ni ganas.

Lo único que se salva es la participación de la televisiva Sofía Vergara repitiendo su papel de Modern Family y la siempre elegante presencia de le guapísima Michelle Pfeiffer

Al menos la película no engaña a nadie. Uno sabe lo que se va a encontrar bajo ese título y esa increíblemente larga lista de celebridades. Una película prediseñada y de calculado estreno para esta fecha tan señalada.



miércoles, 13 de junio de 2012

Drive





Empleado en un taller de coches, conductor especialista de cine y chófer para delincuentes de noche. La vida del protagonista, del que nunca conocemos su nombre, cambia cuando conoce a su vecina Irene, una mujer con un hijo pequeño y un marido en prisión.

La película Drive, dirigida por Nicolas Winding Refn y protagonizada por el cada vez más interesante Ryan Gosling, cosechó durante el año 2011 una larga lista de premios y nominaciones, incluyendo una nominación a la prestigiosa Palma de Oro del festival de Cannes. Finalmente, la película fue una de las grandes olvidadas en la gala de los Oscar del año 2012.

Alabada por la crítica, Drive supone un grandísimo entretenimiento pulp, de guión sencillo pero con una puesta en escena muy potente, gracias en gran parte a su muy buen reparto. La película se abre con una impactante persecución que nada tiene que envidiar al experto en escenas de acción Michael Mann. Posteriormente, la historia se va desenvolviendo de forma pausada pero sin dejar tiempo al aburrimiento. La presentación de los personajes se realiza de forma concisa, sin rodeos. A destacar unos caricaturescos pero muy efectivos Albert Brooks y Ron Perlman. Por su parte, Carey Mulligan viste a su personaje con  naturalidad de dulzura e inocencia. Con estos elementos, no sorprende la relación que establece con el protagonista.

Un protagonista que se ha ganado una mención aparte. Ryan Gosling construye su gran personaje con serenidad y fuerza contenida. Un tipo de pocas palabras que sostiene todo el peso de la historia. Es muy grande la escena del ascensor; una escena que recuerda al mejor Tarantino.

La película está repleta de objetos icónicos de los que llama la atención la chaqueta con el escorpión dorado. Contiene una gran número de escenas de violencia estilizada y de una acción tan bien coreografiada que la embellecen. Una película de tono oscuro, pero nunca pesimista. La selección musical del film está bastante lograda, de aire ochentero. Destacan los títulos de crédito tan característicos con Nightcall de Kavinsky de fondo.

Con Drive estamos seguramente ante una de las mejores películas del año pasado. Una película hipnótica y absorbente que nos invita a seguir la estela de este prometedor realizador.





Project X




Todd Phillips, director experto en fiestas varias (Resacón en las Vegas, Resacón 2, Aquellas juergas universitarias), ahora en labores de producción, cede su silla al debutante Nima Nourizadeh para rodar la fiesta que nunca nos mostró en pantalla. No al menos de forma tan explícita, pues las fotografías con las que clausura sus "resacones" podrían considerarse el germen de esta cinta.

martes, 12 de junio de 2012

100 años de Paramount

Con motivo del centenario de la Paramount, la revista Vanity Fair ha publicado una curiosísima fotografía en la que podemos observar algunas de las personas más importantes del cine norteamericano.


116 es el número de celebridades que reúne la revista para homenajear a la que fue una de las primeras y más importantes productoras de Hollywood. Tanto directores como actores, estrellas de moda y viejas glorias protagonizan la fotografía. Una imagen más que interesante, capaz de juntar a Jerry Lewis con Eddie Murphy, a David Fincher con Alejandro González Iñárritu, o incluso sentar en el mismo escalón a Jack Black y David Lynch.

Esta fotografía me ha recordado al póster con el que la productora celebró sus cien años de existencia. 100 películas representadas por peculiares imágenes que suponen un divertido reto para los más cinéfilos.

Mentiría si dijera que no he intentado adivinar todas las películas que representa, pero ni siquiera consigo acercarme. Algunas resultan más que evidentes (creo que nadie se equivocaría con Titanic), mientras que otras son mucho más difíciles de averiguar, incluso entre las más actuales. La pregunta está cantada: ¿cuántas seríais capaces de adivinar?

lunes, 11 de junio de 2012

[REC] 3





La película [Rec] estrenada en 2007 sorprendió a una buena parte del público y de la crítica. La aplicación del estilo de falso documental al género zombie resultó, cuanto menos, original y estimulante. Puede que la idea no fuese original para el espectador más experimentado, pero el mérito de la película no solo consistió en el susodicho estilo, sino en el retrato realista del vecindario y posterior víctima de la epidemia. La descripción de los personajes, aunque escueta, era tan palpable que perfectamente podía tratarse del vecino de en frente.

He de reconocer que no recuerdo haber pasado tanto miedo y tensión en una sala de cine como la que experimenté con [Rec]. Se trataba además de esa clase tensión tan fuerte de la que uno, acto seguido, pasaba a la risa nerviosa y contagiosa. Y es que el tono de humor siempre ha sido intencionado dentro de la saga [Rec], aunque lo que estés contemplando en la pantalla sea una auténtica pesadilla. La película es pura diversión, puro entretenimiento y pura emoción. Es como una atracción de feria de la que nunca quieres bajar.

Aunque nunca se pensó en [Rec] como una saga, dados los pocos frutos que siembra el cine español era de esperar que semejante producto de éxito repitiese fórmula, idea esta que podría alertar a gran parte del público. No obstante, la pareja de realizadores tenía el suficiente talento como para estirar el ejercicio sin que la película chirriase demasiado. Con [Rec] 2 multiplicaron la acción, si bien a costa de generar menos tensión, y expandieron sus ideas para seguir generando ese tono realista y de falso documental hasta puntos realmente admirables y, por qué no decirlo, verdaderamente desternillantes (sin considerar esto como un punto negativo del film).

Recientemente fue estrenada la tercera parte de esta sangrienta saga española de la que, confieso, soy un fiel seguidor. Fui al cine, además, sabiendo que en esta ocasión no se iba a tratar de una vuelta de tuerca más como lo fue [Rec] 2 y, sinceramente, me alegro.

Paco Plaza ha arriesgado y ha ganado. Ha jugado con el universo [Rec] y, sin traicionar su esencia, ha construido una situación realmente interesante para volcar en ella toda su locura zombie. En esta parte, la comedia es mucho más explícita, si bien nunca ha dejado de estar ausente en las anteriores entregas. Es destacable, y para cierto sector repudiable, el hecho de que se haya pasado de una filmación en primera persona a una realización más clásica, si bien durante una primera media hora somos testigos del que, probablemente, sea el mejor vídeo de boda casero que se haya grabado nunca. Es quizás en esta primera parte donde se encuentran los mejores momentos de la película. Pero eso no resta calidad al resto de la cinta, pues lo realmente innovador en esta tercera parte es que se han construido unos personajes y una historia de verdad. Aquí sí que importa el destino de sus protagonistas. Aunque en ocasiones pueda parecer empalagosa, ese tono romántico le va a la película como anillo al dedo y es justo lo que necesitaba para que la saga no muriese en sus reiteradas secuelas.

En cuanto al dúo protagonista, si bien Diego Martín cumple sobradamente, es inevitablemente eclipsado por su compañera, Leticia Dolera, quien construye un personaje icónico e inmortal del cine español. La actriz protagonista otorga a su personaje de Clara, de una belleza aparentemente frágil, una inesperada dureza que recuerda irremediablemente a Uma Thurman en "Kill Bill".


Por resaltar algo negativo, pues no todo es oro, me gustaría que hubiesen personalizado más a las criaturas. Dado que en el extenso prólogo nos han presentado a personajes tan variopintos y tan típicos en estos eventos, la fauna zombie debería de haber sido más caracterizada conforme vimos a la persona al principio de la película. Por otra parte, la inclusión de la niña de Medeiros está más de pegote que aportando algo a la historia. Imagino que el motivo es alimentar el interés de los fans más acérrimos de la serie y hambrientos de información sobre el origen del virus. No obstante, estos detalles carecen ciertamente de interés en lo que a este tipo de películas se refiere, pues no aportan nada a la historia que verdaderamente importa, que es la de sus dos protagonistas, más allá de su conexión con las dos entregas anteriores.

La película, de la que cabe mencionar una buena selección musical, es un sano divertimento que, extrañamente, deja un poso duradero debido, en su mayor parte, a su precioso y poético final perturbador.
Si bien resultaba casi imposible alcanzar el impacto de la primera entrega de esta genial saga, Paco Plaza sí que ha llegado a los mismos niveles de calidad y sorpresa. Ampliamente recomendable, eso sí, a estómagos fuertes.


Tentación en Manhattan




He de confesar que prácticamente fui obligado a ver esta película, a pesar de toda la resistencia que pude oponer. Y eso era cuando me imaginaba que la película, por ese título y ese cartel, sería una extensión de la serie "Sexo en Nueva York". No me malinterpretéis, soy defensor de la serie neoyorkina y he seguido todos los capítulos de las andanzas sexuales del cuarteto protagonista. Pobre de mí, cuando lo que me encuentro es una historia totalmente diferente que utiliza el gancho de la serie para atraer a un público despistado. Claro que si uno se entera de cuál es su título original, "I don't know how she does it" ya puede imaginarse por dónde irán los tiros. Por lo tanto supongo que más bien sería una estrategia comercial muy propia de nuestro país. No obstante, eso no la libra de sus múltiples defectos.

La historia aburre, simple y llanamente. Debería hacerse una película mejor sobre esta nueva clase de heroínas, pero el tratamiento tan soso y repelente del personaje principal raya lo desesperante. Llega hasta un punto en el que, por lo absurdo de las situaciones creadas y la antipatía que despierta Sarah Jessica Parker, que te desligas completamente de su drama y solo deseas que acabe ya esta tortura.

Lo mismo se puede decir de sus empalagosos secundarios. La verdad es que no sé cómo no salí huyendo en cuanto ví los nombres del trío protagonista. Y qué decepción ver a la musa de la estupenda "Mad men", Christina Hendricks, haciendo el ridículo.
Lo peor de todo es que, aunque intenta ser una película que denuncie la situación de estas mujeres, llega a ser un insulto para esas madres que se encuentran en la encrucijada entre su vida personal y profesional. Después de este desfile de despropósitos, lo único que mereció la pena fue esa cara sonriente del tipo "ya te lo dije" que se me dibujó en la cara hacia mi novia al ver cumplidos mis peores temores. Pero lo más gracioso de todo es que ella también la detestó. Para que veáis el nivel de la película...

domingo, 10 de junio de 2012

Mientras duermes




Parece que Jaume Balagueró, al contrario que su amigo Paco Plaza, se cansó de la saga [REC] y se dio un descanso, tan solo temporal pues la cuarta parte ya está en camino, para filmar esta tensa historia que tanto bebe del mejor DePalma como del Polanski más clásico.

La historia es bien sencilla, aunque demasiado adelantada por el tráiler. César (Luis Tosar) es el portero de un edificio incapaz de ser feliz y que sobrevive haciendo la vida imposible a los demás de la forma más retorcida posible.

Como es de costumbre, Tosar brilla con luz propia, otorgando al personaje una oscuridad aún mayor de la que reflejaba el guión. Este brillante actor patrio puede interpretar a cualquier personaje que se le ponga por delante, pero es que además, si quiere, puede atemorizarte con solo una mirada.

El problema tal vez resida en su mayor virtud, pues consigue crear un personaje tan odioso, tan miserable, tan cabrón que es imposible sentir el más mínimo sentimiento de afinidad. El espectador no sufre por él ni un solo momento. Y al no dibujar con mayor trabajo el personaje de la actriz Marta Etura, tampoco consigue volcar esa simpatía en el mismo, sino que todo lo que puede sentir es pena por ser la principal víctima.

Balagueró trabaja bien y, ciertamente, consigue una tensión bastante creciente a lo largo de la película. Pero esa tensión se desvanece tras el golpe de efecto, no permanece, como puede ocurrir con otros personajes de dudosa ética (sin ir más lejos, el protagonista de la genial serie de televisión "Dexter", o el mismo Luis Tosar en "Celda 211"). Y esa falta de complicidad con cualquiera de los personajes se paga caro, alejando emocionalmente al espectador. Al final, uno respira tranquilo por no tener que soportar más la cara de este indeseable.

El resultado es un buen thriller psicológico, niña molesta incluida que estorba más que aporta, pero que no ahonda lo suficiente como para que quede en el recuerdo.


21 Gramos




Si bien el pasado día vi la película "Otra tierra", durante la misma no podía parar de acordarme, por la semejanza del argumento, de la película que paso a comentar.


Cuando fui al cine en su estreno, ante tal título esperaba encontrarme una película sobre el mundo del narcotráfico. Para mi suerte, encontré una película que, si bien ha llovido mucho desde entonces, me marcó profundamente. Y es que es eso lo que persigue la demoledora cinta de González Iñárritu con ese estilo hiperrealista que tantas veces se ha mal copiado en numerosas ocasiones.

La historia, de la que no me gustaría hablar para no arruinar la sorpresa, se presenta tan dura que hasta rompe con la cronología y las normas de la narrativa. Los, aparentemente caprichosos, saltos temporales de la película nos llevan de un lugar a otro dentro de la misma historia, como si nos estuvieran golpeando con un palo directamente en nuestras emociones, sin saber de dónde viene cada golpe y sin poder esquivarlos.

Por otra parte, el trío protagonista compuesto por Sean Penn, Naomi Watts y Benicio del Toro, tres espléndidos actores, dan lo mejor de sí mismos metiéndose en la piel de estos personajes tan maltratados por el guionista, Guillermo Arriaga, experimentado colaborador del director.

El estilo del realizador mejicano se presenta tan sucio y bello al mismo tiempo que uno no sabe si dejar de mirar la pantalla, rezar por que sus protagonistas tengan un momento de descanso, o pedirle al director que no nos deje de golpear con su cine, extremadamente sensible y humano. Nuestras plegarias tuvieron su respuesta bajo el nombre de "Babel", pero nunca alcanzaron las tan altas cotas a las que llegó su director.

No quisiera terminar este comentario sin hacer mención expresa al último acto, ese monólogo tan sencillo y visceral que, a pesar de toda la amargura de su metraje, deja cierta sensación optimista, un poso dulce, que engrandece aún más su historia. Magnífica.



Otra Tierra




Con motivo de la primera entrada de mi blog, me gustaría comentar la última película que vi hará un par de días, llamada "Otra Tierra".

En el film, una joven prometedora ve truncada su vida por culpa de un accidente de coche en el que también se ve afectada una familia. El argumento puede parecer común, si no fuera por un elemento que la distingue: al mismo tiempo, se ha descubierto un nuevo planeta que parece ser la imagen especular de nuestra Tierra. Este rasgo distintivo es lo que hace a la película interesante. El resto lo constituye un drama que hemos visto mil veces en pantalla y del que poco puede destacarse.

El estilo New Age, tan trillado últimamente en incontables dramas, que imprime el director, Mike Cahill, no mejora el film. Si bien por momentos hace más cercana la historia al espectador, en su mayor parte distrae y hace interminables ciertas escenas. Aunque, eso sí, nos regala ciertos planos bastante bellos con la "otra Tierra" de fondo.

Por otra parte, si bien la actriz protagonista, Brit Marling, otorga cierta credibilidad a su papel de constante deprimida, no se puede decir lo mismo de su compañero, William Mapother, que parece estar ausente durante todo el metraje.

Es una lástima, porque la hipótesis planteada por la película podría haber dado para más, pero decidieron centrarse en la relación entre ambos protagonistas, nada original, y dejar en segundo plano el descubrimiento y las preguntas que planteaba el descubrimiento de un nuevo mundo. Además, las conclusiones de la última revelación sobre dicho descubrimiento resultaban más que previsibles para cualquiera que se hubiese parado a pensar en las consecuencias de avistar un mundo presumiblemente igual al nuestro.

Finalmente, nos encontramos ante una película que, si bien no desarrolla de forma plausible la historia que en el fondo se empeña en contarnos, la premisa y el misterio que envuelve a la misma la hace, cuanto menos, interesante.